La Hermitage de Santa Lucía es un sitio arqueológico de gran significado, cuyo pasado se remonta a la Edad del Bronce. Este lugar, no sólo ofrece una rica historia y un entorno excepcional, sino que también ofrece un punto de vista único de la provincia de Castellón.
Historia de la Ermita de Santa Lucía
Hace 4000 años, durante la Edad del Bronce, un grupo de humanos eligió este cerro, situado en las laderas sur y este, como su hogar. La elección de este lugar no fue aleatoria, sino que se debió a la amplia vista del territorio que ofrecía desde su cima, lo cual permitía controlar cualquier movimiento en la zona.
Estos primeros habitantes subsistían a través de la agricultura y la ganadería, complementando su dieta con la caza y la recolección. Dominaban la fundición de metales, lo que les permitía fabricar sus propias armas y utensilios agrícolas. La cerámica era una parte integral de su vida cotidiana, ya que la usaban para fabricar sus enseres.
Mil quinientos años después de que los primeros pobladores abandonaran el lugar, un nuevo grupo humano vio en este lugar un buen sitio para establecerse. Nos encontramos en la Edad del Hierro, una época en la que comenzaron a desarrollarse las culturas ibéricas.
Estos nuevos pobladores construyeron un poblado con casas de planta rectangular y muros de piedra y mortero sobre varios aterrazamientos. Este grupo, además de subsistir con la explotación de los recursos agrícolas y ganaderos, mantenían contacto con otros pueblos que se acercaban a la costa. El poblado fue abandonado de repente alrededor del 550 a.n.e., probablemente debido a un incendio. Sin embargo, la historia de este lugar no terminó ahí. En la Edad Media, el lugar fue ocupado de nuevo durante la Época Islámica, que generalmente se data entre los siglos VIII y XIII.
El lugar fue probablemente elegido debido a su ubicación estratégica, relacionada con otros enclaves importantes de la zona. Durante la Época Islámica, la zona experimentó un importante desarrollo en términos de organización del territorio, sistemas de agua, nuevas formas de cultivo y división política.
La Ermita de Santa Lucía fue finalmente coronada por una fortaleza medieval que incluía una torre circular y un lienzo que configuraba una edificación de planta rectangular. Esta edificación fue posteriormente utilizada en el siglo XVII para erigir la ermita que hoy en día nos encontramos.
La visita a la Ermita de Santa Lucía, declarada Bien de Interés Cultural, es una de las excursiones en Castellón más recomendables para los amantes de la historia y la arqueología. Las excavaciones en el lugar han revelado varias fases de ocupación y un gran número de hallazgos que nos hablan sobre la vida de sus habitantes a lo largo de los siglos.
La Ermita hoy: contemplación y el aprendizaje
Hoy en día, la Ermita de Santa Lucía es un lugar de veneración, con una romería, misa y procesión en honor a San Benito y Santa Lucía cada año. Además, cuenta con un Centro de Interpretación Etnológico, donde se puede contemplar el yacimiento arqueológico de Santa Lucía y donde se exponen reproducciones de los hallazgos recuperados durante las excavaciones.
Visitar la Ermita de Santa Lucía es una de las mejores excursiones en Castellón para los amantes de la historia y la arqueología. Desde las ruinas de la antigua fortaleza hasta las exposiciones del Centro de Interpretación Etnológico, este lugar ofrece una visión única del pasado que fascinará a jóvenes y mayores por igual.
La Ermita de Santa Lucía es un viaje a través de la historia, un lugar donde el pasado y el presente se unen para contar la historia de los habitantes de esta región a lo largo de los siglos. Ya sea por su importancia histórica, su belleza natural o su importancia cultural, este lugar es sin duda uno de los destinos más fascinantes para las excursiones en Castellón.
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